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Mostrando entradas de 2025

Discurso póstumo

En 2018 una querida amiga, a quien considero como mi segunda madre, me pidió escribir un discurso para acompañar el reconocimiento que ella debía entregar a la cantante ecuatoriana Paulina Tamayo. Hoy recojo ese texto, como un homenaje póstumo para despedir a la leyenda.  Esta noche tengo que entregar un reconocimiento al desempeño y la trayectoria de doña Paulina Tamayo, y todavía no he podido dar con las palabras justas que acompañen el momento, y que sean capaces de ponerlo a la altura de la artista que recibirá el homenaje. ¿Qué le podemos decir, que no haya escuchado antes, a la mujer que empezó a recibir trofeos cuando apenas tenía cinco años? Comenzaba la década de 1970, y la inocente niña de entonces inició su carrera con el acto, simple y puro, de abrir la boca para cantar en un concurso de aficionados promovido por radio Éxito, del fallecido José Rodríguez Santander.  ¿Qué valor podemos agregarle hoy a esta carrera, cuya primera presentación producto de a...

Memoria de un rey león

Mi abuelo me llamó una tarde a su estudio, me hizo sentar en el escritorio y me puso al frente su máquina de escribir. Yo debía tener unos diez u once años y me fascinaba el arte de la escritura mecánica, muy anterior a la digital, porque le sentía un halo de misterio mágico y un vínculo secreto con la literatura. De modo que me ilusionaba jugueteando con las letras labradas en el metal del teclado y aspirando el aroma relajante de la cinta de tinta negra, cuando el abuelo comenzó a dictar un discurso. No recuerdo cuál era la ocasión exacta: una cena previa al viaje de mi tío a España o posterior a su regreso; pero el abuelo había preparado un brindis bien redactado y yo era el secretario que lo debía pasar en limpio.  Esto es lo primero que recuerdo ahora, sentado en mi propio escritorio frente a una computadora portátil. Recuerdo sus palabras, engarzadas en frases completas que me dictaba con parsimonia. Frases que se había esforzado por construir elegantes y que se e...

El orden de los factores

Quiero que hablemos todos los días mirándonos de frente. En la madrugada decirte buenos días, y escuchar caer el agua mientras te duchas antes de empezar la jornada. Quiero que entres a mi mundo y te quedes a formar parte, y yo quiero entrar en el tuyo y hacerlo también mío. Quiero que conozcas a mi gente y que los adoptes en tu familia, y conocer a los tuyos y que me sientan cotidiano. Quiero cuidar de ti. Quiero sentir tu piel abrigándome el pecho durante el invierno. Quiero que tus ojos iluminen mis noches. Quiero que mis brazos rodeen tu cintura, y contener tu alma con mis manos en tu espalda. Quiero que me hables mientras tomo café, y me vuelvas a explicar por qué lo evitas para cuidar tus dientes de la cafeína. Quiero conocer a tus hijos y enseñarles a tocar guitarra. Y ser su amigo. Quiero que conozcas a mi hermano y a mi madre, y que los encantes con el humor negro que me atrajo desde el principio. Quiero que me cortes el cabello. Quiero cantar para ti todas mis canciones nue...