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DE CÓMO CAMBIAR AL MUNDO A BASE DE MÚSICA (Segunda parte)

Por Javier López Narváez
3. La ciudad de “Neworlín” se parece a Barranquilla
“Distrito Especial” era un grupo bogotano de rock fundado por Carlos Iván Medina en 1987. Su nombre aludía a la denominación que por aquellos días tenía la ciudad de Bogotá, y al inicio era una banda de bares que tocaba blues y covers de rock. Pero su intención era encontrar un sonido propio.

“Yo había oído hablar de 'Distrito' porque había un barranquillero en la banda, que era el baterista (Einar Escaf),” recuerda Carlos Vives, quien para entonces ya había consolidado su carrera de actor en Puerto Rico, en donde además, había ingresado a la industria del disco por azar: “Alguien le dijo al señor de la televisión que yo cantaba, y me dijo 'canta el tema de la telenovela’; y aunque nunca tuve aspiraciones de ser Julio Iglesias, eso era lo que había.” Pero para el resto de Iberoamérica, lo que había en aquel momento era el llamado “rock en tu idioma”: un boom de jóvenes clasemedia de México, España y Argentina que, influidos por grupos como The Cure o The Police, inundaron las emisoras de radio con música similar pero en español. Eran los tiempos de Soda Stereo, Radio Futura, Caifanes, Los Espías del Sombrero Verde...


Distrito Especial en 1989. De esta formación salió Andrea Echeverri
Tomada de: http://www.laboratoriocultural.org/einarescaf/distritoespecial.htm

Para 1989, Distrito Especial se había convertido en la alternativa colombiana dentro de aquel movimiento. Con letras originales de corte urbano, el grupo fue escogido para trabajar en una telenovela sobre rockeros llamada “Loca Pasión”, en la que Charly García había hecho una aparición especial. “Yo era el protagonista, y ellos llegaron a trabajar la parte musical”, cuenta Vives. “Me puse a analizar cómo tocaban: ellos eran muy bluseros, pero como había un baterista barranquillero, cuando el man quería cambiar lo que estaba haciendo y ponerlo en cumbia le salía muy fácil. Tú sabes, podía transportar el blues a la cumbia, y eso me llamó mucho la atención. Me empecé a dar cuenta que la cumbia era del (río) Magdalena, que el Blues era del Mississipi; que García Márquez se había inspirado en los escritores del sur de los Estados Unidos; que el blues generó todos los patrones rocanroleros. Y así como a mucha gente de África se la llevaron a Estados Unidos, otros fueron dejados en el Magdalena. Entonces yo quería aplicar cosas que el blues había aplicado en la creación de sonidos nuevos, como el rock and roll, el ska, y muchos otros; y ví que en Distrito, ellos lo hacían; que habían encontrado la fórmula.  No se que tan consciente haya sido...”

Llegado a este punto, Carlos se enreda en un complejo discurso que pretende explicar lo mismo que García Márquez había dicho años atrás: que el caribe es un área cultural homogénea que “se extiende (por el norte) hasta el sur de los Estados Unidos y por el sur hasta Brasil.”[1] Le pregunto si al escribir sus canciones es consciente de aquello. “Mira, yo había tenido muchas referencias de gente a la que le gusta investigar estas cosas. Pero en realidad hay que verlo.” Entonces, me cuenta cómo el presidente del festival de jazz de Nueva Orleans los invitó a tocar, porque notó una fuerte conexión entre su vallenato y la música de acordeón que hacen los afroamericanos de Luisiana: el zydeco[2]. “Y yo, que había estado viajando mucho por esa parte de Estados Unidos, siempre miraba por la ventanilla del avión y veía Nueva Orleans. Y yo decía '¡coño, tiene algo como de Barranquilla!'; porque se ve el río desembocando en el mar, y las casas... Pero el día que llegué invitado por esta gente, me dije '¡no marica, yo porqué no me he dado cuenta bien de esto!'. Me di cuenta de que la tierra del olvido de los Estados Unidos es Nueva Orleans. Es ése lugar con el que la industria musical ha sido más injusta. Porque después los dueños de su música fueron los ingleses, y luego los otros, y resulta que todo se lo habían chupado de ahí. Elvis Presley era de la misma región.  Iba a las misas de negros y sacó todo de ahí. Nosotros fuimos a cantar allá y nos encontramos con que la gente se reía, gozaba, bailaba... nunca se pusieron bravos porque no era en inglés, cosa que no ocurre en el resto de Estados Unidos: si tu no hablas inglés, la gente se pone brava.”


Grupo tradicional de Zydeco
Tomada de: http://www.datuopinion.com/zydeco

Lo escucho y entiendo que aquella intuición se había transformado en algo que se hace muy presente en sus canciones. “Santa Marta, Kingston, New Orleans”[3], por ejemplo, es una fusión de cumbia, reggae y zydeco que invita: te esperaré para el viaje/ de cumbia, zydeco y rock and roll ya preparé tu equipaje. Pero su música es también agresiva, como cuando afirma que: si MTV no nos pasa por su tele full color/ de seguro es que no sabe que en mi pueblo se hace rock/ que en el río Magdalena fue que la cumbia nació/ como el blues del Mississipi, la cuna del rock&roll.[4] Y lo ha dicho todo en una serie de perfectas décimas espinelas[5], como ésta, donde certifica que se parecen: las tardes a las mañanas/ y Juancho Polo a Durán/ y Cartagena a San Juan/ Santo Domingo y La Habana/ Los llanos a las sabanas/ a Santa Marta, Sevilla/ y Taganga a Taganguilla/ Corraleja a San Fermín/ y la ciudad de “Neworlín”/ se parece a Barranquilla[6]...

4. Lo que le cabe y lo que no le cabe al vallenato
Rosario Pumarejo fue una joven de Valledupar, que murió a fines del siglo XIX, a la edad temprana de 28 años. Su familia había decidido radicarse en Bogotá, hasta el día en que su nieto, don Alfonso López Michelsen quiso volver al caribe a buscar el rastro de sus ancestros. Allí, el joven Alfonso trabó amistad con un muchacho costeño que componía cantos, de nombre Rafael Escalona. Años después, cuando don Alfonso llegó a la presidencia de Colombia, selló dicha amistad entregándole a Escalona un consulado en Panamá. Pero por fuera del plano político, López Michelsen fue uno de los accionistas principales de  la Cadena Caracol, para la época en que Carlos Vives era  el galán oficial de Caracol Televisión.

Por su parte, Escalona se había casado, divorciado, y amancebado con diversas mujeres, entre quienes se contaba una muchacha de Villanueva llamada Dina Luz Cuadrado. Ella, a quien el maestro le dedicó al menos dos cantos (El Arcoiris, y Dina Luz), tenía un hermano que tocaba el acordeón, y que para 1985 ya se había se había coronado Rey[7] en el Festival de la Leyenda Vallenata. “López siempre estaba con Escalona, y Egidio era cuñado de Escalona. Entonces Escalona siempre lo tenía a la mano,” concatena Carlos. De manera que Egidio Cuadrado terminó viviendo en Bogotá, convertido en el músico oficial de las parrandas de Caracol.

“Hoy en día, Colombia vende televisión”, reflexiona Vives, “pero cuando yo trabajaba, no vendíamos televisión. Yo hice siempre temas locales, y eso me ayudó a formarme en un estilo muy propio.  Y cuando hice Escalona ya había tenido varias experiencias, había estado por fuera, había cantado de todo, estaba siguiendo el movimiento bogotano de rock; y esa serie me mandó a trabajar a las provincias. Trabajaba con las figuras del folclor. Entonces era mañana ensayo con Colacho (Mendoza)[8], pasado-mañana ensayo con Egidio, con Omar Geles; todos venían a trabajar conmigo porque la productora los ponía; y entonces 'Ah, yo me acuerdo de tu papá', decía uno, 'claro, y de tu tío'... Fue una cosa increíble. Y por lo general cuando uno iba a grabar a cualquier parte dormía en hotel. Pero yo llegué a grabar en Santa Marta y fui a dormir en mi casa. Entonces para mi fue como volver. Y veía que la industria me mandaba para otro lado, pero veía esto y pensaba 'qué tal si yo pudiera inventarme algo con eso que hay allá (Bogotá) y se lo pongo a esto'; o 'cómo proyectar algo que es nuestro, y ser atrevidos y ponerlo a competir con lo que se vende afuera”… Entonces, el actor se dejó crecer el cabello y se puso a cantar vallenatos. Y se hizo acompañar en el acordeón por un Rey Vallenato, y en la guitarra por un rockero, y en el saxofón y las gaitas por una eminencia del jazz[9], Y puso batería y caja (vallenata), y puso bajo y guacharaca; y para 1994, algunos meses después de su primer concierto en Quito, las radios de todo el mundo hispano parlante rotaban su peculiar versión de “La gota fría”, y ya nadie pudo contenerlo más.


Quito, 6 de diciembre de 2010

En aquel momento, Carlos Vives tenía un compromiso con la Sony Music que debió ser cancelado cuando no aceptaron la fusión que él proponía: “Digamos que es la diferencia entre la industria y la vida real. La industria va por un lado, y quiere llevar a todo el mundo por ese lado; y a veces la vida real es la vida real.” Así que fue Sonolux, una discográfica colombiana, la que le apostó al proyecto, que se convirtió en récord de ventas a pocos meses de su lanzamiento internacional.

El sonido que lograron fue el resultado de una combinación perfecta de la base rockera trabajada por Distrito Especial; los experimentos musicales del entonces desconocido Antonio Arnedo; y el sonido tradicional del trío de Egidio Cuadrado; todo, bajo la supervisión del productor Eduardo de Narváez. Y si el grupo de rock urbano se llamaba como Bogotá, Vives decidió bautizar a la nueva banda como esa región colombiana en donde había nacido el vallenato. Por eso, el nombre de su primer disco, Clásicos de La Provincia, es un juego de palabras que, por un lado presenta al grupo, pero por el otro alude a aquellas canciones clásicas del vallenato que fueron grabadas  con ese sonido nuevo que acababan de inventar.

Desde entonces, hasta el concierto que vi un par de horas antes de tener esta conversacion con Carlos; La Provincia (el grupo), ha cambiado bastante. Herbert Cuadrado, el cajero hermano de Egidio, murió durante la grabación del disco “Tengo Fe”. Antonio Arnedo dio paso a Mayte Montero, una gaitera folclorista que salió de las filas de Totó la Momposina, y a quien la banda dedicó una canción a ritmo de champeta en su segundo disco. Carlos Iván Medina se sumó a La Provincia durante la primera gira, y fue el único 'Distrito Especial' que se quedó, mientras que Einar Escaf, que llegó después de Gustavo Solano, dio paso al baterista Pablo Bernal. El guitarrista Ernesto Ocampo dejó en reemplazo a dos alumnos suyos: Carlos Huertas Jr. y Andrés Castro, quien, radicado en Miami, ha llegado a ser uno de los productores más importantes de música latina en el mundo.


Tomada de: http://www.laboratoriocultural.org/revista/actual/carlosvives2.html

De quienes se quedaron, quizás el más importante sea el cuñado de Escalona. “Egidio era medio despreciado en el gremio de las altas esferas acordeonísticas. Allá el acordeonista es arrogante, y Egidio nunca tuvo esa arrogancia.”, cuenta Vives. “Entonces, cuando yo iba a formar La Provincia, todo el mundo me empezó a decir 'el acordeonista para tí es fulano', y yo decía 'no. Voy a hacerlo con Egidio'. Y ellos '¡no'mbe; si ese Egidio es agua’o!', porque allá la gente está acostumbrada al gallo de pelea, ¿me entiendes?, y Egidio no era un tipo que levantaba la voz para decir que él era el mejor. Egidio no quería problemas, el solo quería tocar su acordeoncito, tranquilo.  Y eso a mí me gustaba más, porque yo creo que es más cercano al verdadero sentimiento vallenato. Yo creo que la arrogancia no le cabe al vallenato. Y hoy en día, pa' que toquen lo que Egidio toca, ¡papá!, tienen que trabajar duro, 15 años, como hemos trabajado. Porque Egidio toca de todo. Él, como ya conoce las conexiones, ahí con su miradita campesina se los lleva por delante a todos”, concluye.


[1] García Márquez, Gabriel. Fantasía y creación artística en América Latina y el Caribe. Voces. Arte y literatura. San Francisco California. Marzo de 1998. Número
[2] Zydeco es la música originada por la combinación de la tradición musical Cajún y elementos del blues. Se caracteriza por utilizar al acordeón diatónico como instrumento principal. En EEUU está considerada como “la única música negra que sigue siendo auténticamente popular y viva”. Herzhaft, Gérard: La gran enciclopedia del blues, Edic. RobinBook, Barcelona, 2003, pag. 380
[3] Octavo track del disco “El rock de mi pueblo”, EMI Music, 2004.
[4] El rock de mi pueblo. Décimo primer track del disco  “El rock de mi pueblo”, EMI Music, 2004.
[5] Décima Espinela es una estrofa de diez versos octosílabos, creada por el poeta Vicente Espinel en el siglo XIV, que tiene una estructura de rima consonante de acuerdo con el modelo: ABBAACCDDC
[6] Décimas. Noveno track del disco Déjame Entrar. EMI music, 2001
[7] Rey Vallenato es el título que gana el mejor acordeonero en el Festival de la Leyenda Vallenata
[8] Nicolás “Colacho” Mendoza fue el rey vallenato de 1969, y el primer Rey de Reyes en 1987. Murió en 2003.
[9] En el primer disco con vallenatos de Carlos Vives, Clásicos de la provincia,quien   grabó las gaitas y el saxofón fue el maestro Antonio Arnedo, que hoy en día es uno de las figuras más reconocidas del jazz fusión. 

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